Cartas para el Día de la Madre: Modelos de cartas para la mejor madre del mundo

Hola mamá

Llevo un tiempo pensando en escribirte esta carta para decirte cuánto te quiero y cuánto te agradezco todo lo que has hecho por mí desde el mismo día en el que nací hasta hoy.

Y es que muchas veces pienso que debes dar por sentado que te quiero, pero igualmente tengo la necesidad de decírtelo aquí, para que guardes siempre mis palabras y acudas a ellas cuando más lo necesites.

Pero te advierto que no soy capaz de expresar todo lo que quiero decir, así que tendrás que imaginarte el resto.

Por delante va mi admiración por tu valentía y tu fuerza para sacarme adelante a mí, a toda la familia.
Pero sobre todo, quiero que te llegue mi auténtica adoración y todo el amor que sea capaz de devolverte.

No creas que tu trabajo como madre terminó en la infancia. Ahora que soy adulta te necesito más que nunca, porque siempre serás mi referente para ser mejor persona, para creer en el amor incondicional y verdadero y en el apoyo constante

Aún necesito que me cuides, que me protejas y que me guíes. Así que no te alejes porque me pierdo sin tu consejo.

Te quiero, mamá.

Gracias mamá

Y es que, en la vorágine del día a día, a menudo se nos olvidan dos de las cosas más importantes de esos valores que nos definen como verdaderos seres humanos: perdonar y, sobre todo, agradecer.

Sí, me he levantado con ganas de reflexionar y agradecer a la vida y mientras estaba repasando mentalmente todas esas cosas por las que me siento afortunada, ha aparecido en mi cabeza tu nombre.

Y es que, mamá, tenerte a mi lado cada día es lo más grande que ha podido ofrecerme el Universo, Dios o lo que quiera que exista allí arriba

Sin duda, tú eres mi ángel de la guarda, la persona que más amor me ha dado sin pedir absolutamente nada a cambio.

Y, por eso, te mereces todo mi agradecimiento.

Gracias por ser el hombro en el que llorar cuando mi mundo se ennegrece, gracias por ser mi compañera de risas y celebraciones cuando consigo mis mayores logros, gracias por guiarme, por aconsejarme, por preocuparte tanto por mí, por saber dejarme mi espacio, por estar cuando te necesito.

Muchas gracias por haberme dado la vida y muchas gracias más por hacer que precisamente esta vida que vivo sea tan especial.

Gracias a ti he logrado muchos de mis sueños, porque tú me enseñaste el valor de pelear y no rendirse ante lo que uno quiere.

Gracias por ser mi mejor maestra, por transmitirme tantos buenos valores; valores que tanto se necesitan en esta sociedad egoísta que muchas veces nos domina.

Te quiero mamá (gracias por enseñarme a querer de esta forma tan sana).

Eternamente agradecida.

Felicidades mamá,

Hoy es tu gran día, aunque para serte sincera pienso que deberían existir muchas más fechas especiales para ti.

Porque así eres tú, especial y única

Y esto es precisamente lo que quiero celebrar y recordarte escribiendo esta carta de amor: ¡que no hay nadie en el mundo entero que pueda igualarse a ti! ¡Porque te mereces todo y más!

Estas humildes palabras son para felicitarte. Y no solamente por tu cumpleaños o por el Día de la Madre. Porque los motivos de felicitación son cientos y miles.

Felicidades por conseguir todo lo que te propones, felicidades por irradiar alegría por los cuatro costados y contagiarla, felicidades por rodearte de los mejores y por hacer que esas personas que están a tu lado saquen lo mejor de sí mismas cada día.

Felicidades por haberme criado y por haber hecho de mí la mujercita fuerte y valiente que hoy soy.

Felicidades por saber enfrentarte a los problemas y no amedrentarte ante las adversidades.

Felicidades por haber ahuyentado todos mis miedos y haberlos convertido en oportunidades.

Felicidades por ser tan generosa con los demás y por conseguir que todo el mundo que te conoce y te descubre verdaderamente no quiera separarse jamás de ti.

Felicidades por tu esencia, mamá. Nunca cambies.

Hola mamá,

No puedes imaginar lo mucho que te echo de menos.

Cada día que pasa extraño más tu presencia, tus abrazos, tus besos, tu cariño, tus consejos, tus enseñanzas…

Me resulta tan difícil vivir sin ti.

Sé que este dolor que siento se irá apaciguando poco a poco, sé que tengo que tener mucha paciencia, pero tengo claro que el vacío que dejaste el día en el que te marchaste, jamás podrá ser llenado de nuevo.

Mi corazón llora y la tristeza me invade, pero en esos momentos en los que lo veo todo tan negro pienso en tus palabras antes de irte: ‘Lucha hija, sé fuerte, dedícame esas sonrisas que a mí tanto me gustan, sé feliz, quiero ver cómo irradias alegría al mundo’.

Y es entonces cuando me lleno de energía (esa energía que también sigues transmitiéndome desde el cielo), pongo mi mejor cara y me armo de valor para enfrentarme a esta vida que me ha tocado vivir, una vida en la que tú ya no estás

No estás físicamente, pero emocional y sentimentalmente sí, porque en mi mente te llevo a todas horas y en mis recuerdos jamás morirás.

Siempre seguiré siendo tu niña adorada y tú siempre seguirás siendo mi amor más verdadero.

Para siempre tú y yo, mamá. Te amo.

Hola mamá,

Qué bonita suena esta palabra, ¿verdad? Mamá.

Llevas escuchándola poquito tiempo, pero el suficiente como para darte cuenta de que es una de las palabras con más sentido y significado del universo entero.

A lo largo de tu vida, has ido descubriendo distintos tipos de amor: el amor a tu pareja, el amor a tus amigos, el amor a los animales…

Pero ninguno ha podido compararse jamás a este amor que estás sintiendo ahora: el amor por tu bebé.

Sé que hay momentos en los que te invade el temor, la inseguridad, el miedo a no hacerlo bien, a fallar, a no ser esa madre que tu hijo merece.

Pero lo cierto es que con tus fallos y tus virtudes, para él siempre serás la mejor.

Porque el amor a una madre también es incomparable e infinito y tu hijo te va a querer como no podrá querer a nadie más.

Relájate y disfruta de esa personita a la que vas a tener oportunidad de criar, de educar.

Hazlo como tú sabes, transmítele con cariño tus mismos valores y no te quepa duda de que lo harás bien.

Porque eres una mamá con todas las letras de la palabra, en mayúsculas.

Mamá,

Perdóname, sé que a veces soy un poco ingrata y se me olvida valorarte como realmente te mereces.

Lo siento de verdad por no decirte cuánto te quiero a diario.

Sabes que nunca se me ha dado demasiado bien expresar mis sentimientos y es algo que me estoy esforzando mucho por cambiar día a día.

Y aunque todavía me cuesta hacerlo cara a cara, he decidido que te merecías un agradecimiento por escrito, un texto en el que quede plasmada toda esa admiración que siento hacia ti.

Porque te admiro verdaderamente.

Admiro tu capacidad para hacerme sonreír en los momentos más tristes, para hacerme olvidar aquellas cosas que me inquietan, para enseñarme el valor de ‘ocuparse’ en lugar de ‘preocuparse’.

Admiro tu valentía para sacar adelante a toda la familia aunque ello te haya supuesto muchísimo esfuerzo y sacrificio.

Admiro tu motivación, tu generosidad, tu positivismo, tu frescura, tus ganas de vivir.

Te admiro y no me cansaré de admirarte de aquí hasta el final de mis días.